Mi rostro triangular
en forma de corazón
tiene un pelo color caramelo, fino y suave
como hilos de
crisálida, enmarcándolo con desatino .
Los ojos grandes
aparecen bajo arqueadas pestañas de camello
y su color
castaño-oliva se destaca bajo los párpados soñadores.
La boca entreabierta
es cereza madura de carnales amores.
El cuello aún grácil,
ya no tiene aquella tersa ductilidad de la juventud
pero se empeña, a
pesar de los deseos de su dueña,
en destacar la
distancia de los simples mortales.
Las manos, ¡ah!, las
manos y los pies,
son los baluartes de
orgullo y expresión del alma
que todavía dicen
sensuales verdades.
Caderas renacentistas
dan un par de piernas largas de nácar.
¡Y qué decir de los
pechos matrones ante una espalda más que femenina!
Mi espíritu poético e
intelecto apresurado así me consideran.
He aquí mi
autorretrato.
ANY CARMONA
Del libro Treinta poemas de amor y desamor
y un autorretrato
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