Perdón
por haber soñado
que vendrías a
salvarme
cuando no podía hacer
lo mismo contigo.
Perdón por el
silencio,
por las manos
ausentes,
por la ternura que
huyó de mí.
Perdón por no haber
mostrado las cartas,
por jugar con el
destino,
apostar a la
casualidad
y derrochar torpezas.
Perdón por no estar a
la altura,
por no quererme lo
suficiente,
por no disfrutarte.
Perdón por tus
lágrimas
y por no haberlas
enjugado.
Perdón por no amarte
con cada parte de mi
cuerpo sano.
Perdón por los besos
contenidos
y las caricias
fraguadas.
Perdón por no
merecerte.
Perdón, mil veces
perdón
pero no tengo corazón
para dejarte ir.
ANY CARMONA
*Del libro Treinta poemas de amor y desamor
y un autorretrato
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