sábado, 30 de julio de 2011

ALETEO*


Duele.
Todo duele en este mar de sed y de faltas.
Nada es como antes.

No hay lugar ideal.
Los que nos querían ya no vienen.
Soledad.
Se aproximan las lágrimas y saltan.
Son mariposas tristes
que van al cielo y nada más.
Solas y tristes.
Son esas que vuelan hacia misiones secretas
que nadie conoce.
Lágrimas que aletean, caen.
Cual semillas regadas en la tierra.
Sobre las cabezas demasiado bajas y sudadas.
Las nuestras que sin embargo siguen
como mariposas que explotan de la nada y vuelan...

Siguen.
¿Hacia dónde?
No se sabe, pero siguen y viven.
Vivirán después,
entre la música y las palabras que las salvan.
Todo sigue, todo se va.


ANY CARMONA
*Del libro Luz de soledad

lunes, 18 de julio de 2011

VEN A MÍ

Ven a mí
amor soñado.
Ven con tus dudas y tus culpas.
En mi regazo volverá tu calma,
esa que olvidaste aquella noche
entre un pliegue adormecido
de mi almohada.

Ven a mi lado,
varón apasionado
con tu pasado y tu presente.
Sobre mi luz tomarás aliento
más allá de  locas regresiones.

Ven querido que te espero,
soterrando mis penas de horas yermas.
Yo cuidé en equilibrio para ambos
el castillo de naipes
que dejamos en suspenso.

Te espero amor, te aguardo
hasta que vengas a mí con tus heridas
con tus tristezas, tu cansancio.
Y liberes de una vez mi esencia
de esta ausencia tuya
que me asfixia.

ANY CARMONA

VIAJE DE LUZ


 Te amaré de sur a norte,
de oeste a este.
Desde la Tierra a la Luna,
de la oscuridad a la luz.
Abarcaré tu geografía
hacia el interior de tus límites.
Iré por tus meridianos,
a los paralelos de tu ser
Te amaré de mar a mar,
recorriendo tus costas.
Haré un viaje existencial
que pueble nuestros desiertos.
Te amaré tal cual eres,
totalmente.
Serás mi interminable
viaje de luz.

ANY CARMONA

jueves, 7 de julio de 2011

DESPUÉS DE LOS CREPÚSCULOS por Norma Segades

¿Qué queda,
            al fin,
            después de los crepúsculos?
¿Un beso indiferente en las mañanas?
¿Una caricia,       casi distraída,
rozando mi mejilla despeinada?
Pues,
            es en este instante en que decido
que no voy a rendirme sin batallas,
que no acepto rutinas,
            ni pretextos,
ni caderas de secas naftalinas
en mis rincones de obediencias ásperas,
ni sueños maniatados,
            ni mohos transitorios,
ni lunas con mordaza.
Que voy a resistir,
cada centímetro,
de éste,
            mi territorio sin palabras,
que voy a encabritar mis rebeldías,
que voy a amarte con la piel descalza
y el fuego,
            y el temblor,
            y las entrañas,
y algunas veces voy a odiarte tanto
que estallará un volcán en mi garganta
y una lluvia de lenguas derretidas
caerá sobre tu furia estupefacta,
que voy a combatir,
            desde mi insomnio,
con toda la estrategia necesaria
para ganarle al mundo las contiendas
en los desfiladeros del hastío,
sin esquinas,
            ni magias.

Y después de centurias de crepúsculos
aún andaré de soles rigurosos,
aún llevaré la risa agazapada
nutriéndome de cielo los relojes,
procreándome caminos en el alma,
porque aquí,
            en el desorden de mis días,
la vida es un oficio que se asume
insolentando al hombro la esperanza.


NORMA SEGADES MANÍAS