Parece que una vez que te has unido
ya no puedes desunirte.
Si en un impulso quisiste seguirme,
ahora ya no puedes darte vuelta
y huir en dirección contraria.
Si por un instante decidiste venir a
oler
mis perfumes sensuales y
cadenciosos,
ya no estás en condiciones de
desistir.
Lo siento, amor…
pero estás en mi camino de mesa.
Te encuentras cerca del ojo de mi
ojal.
Figuras en el costado derecho de mi
página
y en las otras también.
Estás ahí
y aquí.
No puedes hacer otra cosa que
entregarte.
Perdono tu imprudencia de haberte
lanzado
al milagro de encontrarnos.
ANY CARMONA
*Del libro Impulso
(poemas sensuales a la hora del té)
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