Su torso esculpido en forma de V
cuelga del barrote cercano al cielo.
Porque los caños para los pasajeros
ahora sirven para crucificar.
Su cabeza huele a lavandas,
a fragancias de sudor y ducha.
Sus rastas rubias como crines salvajes,
rozan las ráfagas del aire urbano.
Su rostro color de aceituna asoleada,
imprime carácter a su llana frescura.
Hombre del siglo veintiuno,
cúmulo informal de dulzura porteña.
Varón dibujado en un bus.
Sin ataduras ni resentimientos.
¡Sea su imagen,
el sello de su pureza!
ANY CARMONA
8 comentarios:
La fotografía es hermosa! Me parece estar sintiendo la fragancia. Muy buen poema Any.
Un besito.
Belkys
Gracias mi querida Belkys por tu comentario. No hay nada mas bello que un hombre fragante a lavandas...besito...Any
Muy bueno Any la descripción del hombre siglo veintiuno,.los matices son propios de la escena que se ve,talvez no concida con el último verso,pero claro todo está sujeto a la diversidad de conceptos,el poema ¡logrado!
Dominfo Carrizo
¿Cuál verso, el que habla de pureza?, no seas tan prejuicioso y confía en mi olfato...Gracias por comentar ...Besitos...Any
Una excelente poesía, Any. Parece que el hombre estuviera presente y fuera real.
Besotes
TERESA DEL VALLE DRUBE LAUMANN
Gracias Tere, aún siento su perfume y vero su fresca belleza...besos...Any
Precioso , Any , me encanta el hombre que huele bien!! ¡Sea su imagen, el sello de su pureza muy bueno!! gracias
mary
Coincido contigo, Mary, besos...Any
Publicar un comentario