Dos lágrimas
en este poema de viernes a la
noche
Toda dolor y cansancio
Toda hastío
Una por tus manos grandes mansas
Otra por tu palabra de
alimento
Sin tu presencia y ninguna
que ponga a andar el péndulo del
alma
Casi sin relatos
que deslumbren y ensordezcan
Sin colores ni tintas ni campanas
Las estrellas no titilan ni se
callan
El viento no silba ni aparece
Ante un sueño de paz
que rompe en sollozos
Como la luna en el aljibe con la
lluvia
Como la escarcha en el agua
tiritando
No hay paz en esta paz de
cementerio
en esta soledad de un anochecido
viernes
No hay roces ni vinos que mareen
ni latidos de cuerpos que se
abrazan
Que envuelvan este poema mío
con perfumes de un amor
empalagoso
Dulce y picante que despierte
hambre
que descorra el frío
que silencie el miedo
y la desesperanza.
Nada para mí en este viernes
Solitario azul desenfadado
Tecleador de mensajes en la ausencia
hasta morir adormecida y casta
Con unos amargos cebados de
tibieza
y unas lágrimas temblorosas
francas
Contra la espera larga casi
eterna
quebrada de pena y de nostalgia
ANY CARMONA
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