(del libro Neruda y yo)
El río desatado rompe a llorar y a veces
se adelgaza su voz y se hace pura y trémula.
Retumba, atardecida, la queja azul del agua.
Pablo Neruda*
Atardeció en la playa.
El río silbaba lágrimas
de chocolate.
¡Oh! tristes lágrimas
en la garganta,
tristezas viejas
en el viento.
Llegó con su crudeza magna
una herida de plata
para cubrir
los cuerpos
abandonados,
sedientos.
Llovió sobre las aguas,
sobre las notas,
sobre las sábanas.
No pudimos escurrir su canto
desesperado.
Porque un frío invernal
aconteció en nuestra alma
desde los huecos profundos
de la historia.
Desde el acto amurallado,
nuestra cárcel,
y batalla,
nuestro cáncer,
y condena.
Desde allí cayeron gotas
y no pudimos soterrarlas
debajo de la piel.
No pudo el amor
secarlas.
Pena muda,
escaramuza dentro de mi vientre.
¡Vete de mí,
sal de mi vida
para siempre!
¡Oh pena mía!
ya no te quiero en la brecha.
Déjame huir ahora
con los colores del sol
que se acuesta.
Para que sea la alegría
la invitada a la siesta.
Para que ría el río
con su sudestada
y retumbe amor
sobre las aguas.
ANY CARMONA
* Del poema Amiga, no te mueras
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