La estación del ocaso tiene color de infinito.
Que es como decir color de
cosmos.
Cuando el camino llega al fin del crepúsculo,
podemos permanecer en él
como ingenuos inocentes.
Para que el declive de la primavera no llegue nunca
y todos los tiempos
sean apenas estados de perfumadas vivencias.
Las hadas, los árboles que lloran
y los amistosos peces
del océano,
serán como ríos otoñales
que lleven y guarden dolor.
Y la estación dorada se instalará
en la vida misma.
Y el fin de sus días adormecerá.
Y las gotas mágicas, frescas, mojadas,
purificarán la nostalgia.
ANY CARMONA
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