He llegado hasta aquí
con los pechos rebosantes
de miel.
Es el final de un día sin descanso,
más allá de horas sin aliento.
Tengo mi seno cansado,
hambriento, delirante.
Cansado de tanto obligarme
a ver,
la necesidad.
Es el final de un día
sin sosiego.
Tengo mates, música
y hombros sueltos.
Busco en rincones solitarios,
los optimistas ecos
de mi sombra.
He llegado hasta aquí
con mi cintura en flor
para jugar a las escondidas
con los números.
Sin miramientos,
ellos me siguen.
Son tiranos.
Pero no pueden encontrarme aún
aunque estoy pronta,
aunque también los busco
sin descanso.
¡Protegedme de ellos,
vocablos amados,
dulce pan de mi vida!
Que lleguen a mí
y no me de cuenta.
Que hagan por mí y conmigo
todo lo que hace falta.
ANY CARMONA