El tren acuna mi pena entre campanadas oscilantes
Me envuelve una bufanda tibia
Las bocinas rugen empapadas y crepitan tristes, las huellas de tus pasos bajo los míos
Me pregunto donde estás
Dónde el cálido cielito de tus manos, las risas trasnochadas, tus incumplidas promesas y el candor infantil de nuestro aliento
Camino despaciosamente por la plaza, la húmeda frescura me susurra ecos:
Un humor irónico de amantes extrañando el delirio y tu verbo descifrando mi deseo al borde de la aurora
Te busco en la red y ahí estás
Bajo una lumbre encendida resplandece tu rostro, hecho de humo y cenizas
Estampo virtuales labios rojos, cual alas de mariposas que anhelan posarse sobre tu verdadera piel
Octubre se va sumergido en luces empañadas
Vos no estás
Delete a tu imagen que pedía mi culpa
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