sábado, 5 de octubre de 2019

PARTIDA

Nuestro amor se fue.
Sucumbió con el bramido del océano
quejándose de amargura.
Partió sin conmiseración de sus hijos,
nosotros que por ósmosis vivíamos de su savia.
No somos más que briznas de sal tiradas en la arena.
Partículas de polvo meciéndose con el viento
Gotas de llanto resbalando sobre la espuma
en esta acendrada cárcel de las horas.
-
No queda nada de aquella pasión.
Sólo las partes discursivas que rezamos
abandonadas sobre la mesa, espacio desolado.
Y su aliento reparador sobre la nuca
recordándonos el néctar
que nos nutría las entrañas.
-
Cautivos,
prisioneros de su anhelo,
esperamos a que regrese.
Con sus brazos rebosantes de delicias
y sus manos atadas a la dicha.
Para redimirnos por dejarlo ir
llevándose de rehén nuestra fortuna.
-
 ANY CARMONA




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