Quizás porque no
eras el hombre del poema
ni yo la mujer de
la foto.
Los enigmas me
acechan.
Voy como una ciega
desandando los
caminos
que me retornan,
ingenua,
al bar de San
Telmo aquella noche.
Una noche de rosas
y claveles,
ante Centauro y Paloma extasiados.
Suave y sutil
entre las venas
abiertas,
los silencios rasgados,
las nieblas
tempranas.
Te fuiste,
príncipe del
sombrero ladeado,
ser abrumador
por su carisma y
sus manos
dejándome tan solo
entre los labios,
un adiós gracioso
y una sonrisa vieja.
Te fuiste y hoy…
no estoy de novia.
ANY CARMONA
Del libro Luz de soledad
5 comentarios:
Hermoso, Any, pero también muy triste para mí. Otro abrazo. Deb
¡QUÉ BUENO, GENIA! ¿LA PINTURA ES TUYA? SUPONGO QUE SÍ, ES PRECIOSA. MUUUUUUUUUUUUUUUACK
MYRIAM
Gracias querida Deb, la vida está llena de tristezas pero también de alegrías, como un tobogán...TQM...ANY
Gracias Myri, vos también lo sos...La pintura no es mía aunque pienso hacer algo así pero en la realidad, proximamente...Besos...ANY
Bien ido entonces, es un apostata. Bellas letras amiga mía.
Publicar un comentario