Si somos libres
No hay revolución sin revolucionarios,
los revolucionarios de todo el mundo
somos hermanos.
José de San Martín
Los pueblos de todo el mundo
levantados están
contra el antiguo amo.
Cual olas de viento y fuego,
arrea la furia,
sus sentimientos.
Y por las calles de Madrid,
los “indignados” lloran.
No puede el sacro imperio
revolver sus rojas llagas.
Ni desangrar aún más
sus doloridas lágrimas.
Porque permanecerán
hasta el final
en las calles del olvido
sus banderas flameantes,
rojas y blancas.
Los pueblos de todo el mundo
se han despertado
de un injusto sueño.
Al antiguo amo muestran lo abusivo
de su quehacer malvado.
¿Cómo deshollinar sorderas,
deshacer nudos
y abrir cerrojos?
¿Cómo, si no ve ni entiende nada?
No ve que una herida purulenta
se extiende por territorio hermano.
Son la injusticia y el agravio.
Desde allí se oyen pequeños gritos
que son grandes llamas.
En ofrendas de sed seca
e indoblegables almas .
Grita Chile su pasión desnuda.
Por la sabiduría que es un arma
y la luz que es la palabra.
Con uñas y dientes se desangra.
Más el amo imperturbable mira
desde las alturas de su torre.
Con la libertad amarrada de los pies
y el amor herido por la espalda.
Pero el mundo de la abundancia
irá cayendo.
Suenan disparos desde el horizonte.
Minorías doradas levantan sus voces,
sus miradas miopes mienten
a todas luces.
El Norte unido no puede esconder
sus muertos
y ya nadie le cree.
El León agoniza, lo sabemos.
Somos ese pueblo hermanado
que seguirá luchando.
Porque como dijo el gran capitán:
- Si somos libres, todo nos sobra.
ANY CARMONA